Ayer por la noche navegábamos rumbo al norte. Mi segundo de a bordo iba al timón mientras disfrutábamos tranquilamente del viaje. A mis oídos llegó una melodía . Una melodía que hablaba de un lugar llamado Zanarkand, y de los sucesos que allí acontecieron... Y empecé a divagar. Cuando el tiempo está tranquilo y el barco se mece entre las nubes es más fácil que la mente se pierda en pensamientos. Mis pensamientos me llevaron de vuelta a aquella Zanarkand y a la historia que contaba su melodía. Me pregunté cómo era posible que unas notas sin letra pudieran contar tantas cosas, remover tantos sentimientos... El silencio me invadía, la música seguía su curso. Podía oír el ruido del timón. Sonaba lejano, a muchas millas de distancia; por un momento temí haberme caído del barco. Otra melodía me devolvió a mis pensamientos, esta vez era el Journey de un segundo Destiny. Y entonces la Música me contó su secreto. Empezó como todos: siendo un simple grumetillo a bordo de aq...
Había oído que en una tierra llamada Málaga cada año en una determinada fecha podía verse un tesoro conocido como "Gamepolis", así que mis grumetillos y yo pusimos rumbo a aquel lugar, a ver de qué se trataba. Nuestro barco volador, El Dementerio, surcó tierras madrileñas, manchegas y andaluzas, surcó la montaña y la llanura, surcó un sol abrasador. Y cuando ya el viento nos susurraba lo poco que quedaba para arribar a esa extraña tierra malagueña, nuestro hombre en la cofa gritó "¡Dolmen a la vista!" y echamos el ancla en las cercanías. Dolmen de Menga, del Conjunto de Antequera Antequera era el nombre de aquella lejana tierra. Ocupamos y saqueamos los dólmenes de Viera y Menga. Me gustaría decir que dejamos nuestra huella en ellos, pero en realidad fueron ellos los que dejaron la huella en nosotros, con su Pasado, su belleza y su majestuosidad. No sabía qué tesoros nos aguardarían en esta aventura, pero habiendo sido este el primero sentí mi corazón ...