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Mostrando entradas de mayo, 2017

Cuando el NO deja de ser NO

iempre he dicho que todo comenzó cuando tenía 17 años, pero es mentira. La primera vez que me sucedió debía de estar en Segundo o Tercero de la ESO. No sé si fue por alguna emergencia o por un simulacro de emergencia, el caso es que nos juntamos muchas personas en el vestíbulo del instituto y en un momento dado sentí que alguien me agarraba el culo. Al darme la vuelta no pude distinguir quien había sido, pero fue un momento horrible que me alteró muchísimo. A los 17 años, en el fin de semana que abría las vacaciones de Semana Santa tuve una cita con chico que era algún año mayor que yo. Todo parecía ir bien y empezamos a besarnos. No estaba preparada para nada más, y a pesar de todas las veces que dije que no, él empezó a tocarme. "Tuve la suerte" de que paró, así que recogí mis cosas y marché corriendo a casa, a encerrarme en mi habitación para romper a llorar. Recuerdo que sentía que me quemaba la piel que él me había tocado, y la suciedad. Me sentía sucia, y lo únic...

La Edad de la Belleza

unca entenderé ese rechazo a la belleza surcada de un rostro anciano. Como tampoco he entendido nunca ese afán por ocultar los signos de la edad. Como tampoco he podido entender nunca por qué a las mujeres no se nos debe preguntar por nuestra edad. ¿Está mal visto tener la misma edad o incluso más que el hombre que nos pregunta? ¿No podemos sentirnos orgullosas del paso de la vida por nuestra piel? ¿Hemos de conservarnos jóvenes hasta la muerte para ser aceptadas? Siempre he pensado que la vida es el mejor maquillaje que se planta sobre nuestro rostro, que la belleza más viva es la que ganamos con el paso del tiempo. Por eso siempre me he sentido más ligada a las figuras ancianas, no solo en la ficción, sino también en las leyendas y, por supuesto, en la mitología. Los dioses ancianos son siempre con los que mejor relación tengo, e incluso venero a la Diosa en su rostro de anciana con auténtica pasión, mientras que sus otros rostros apenas me transmiten alguna sensación. Es ...

Mi rostro es el poema de la Madre Tierra

n mi habitación tengo una pizarra en la que suelo escribir citas de libros que me gustan, para luego pasarlas a un cuaderno, donde colecciono esos versos errantes.  Pues bien, estaba copiando algunas frases y me ha dado por mirar lo que tenía ya escrito. Y me he encontrado con este poema de Ada Luz Márquez, que si mal no recuerdo, lo leí hace tiempo en una página pagana de Facebook. Reconozco que me enamoré de él, de todas y cada una de sus palabras, y ahora que lo releo, me apetece mucho compartirlo por aquí. Así que, ¡helo aquí! (Fuente) Las arrugas de mis ojos son rayos del Sol. Las arrugas de mis mejillas son olas del Mar. Las arrugas de mi frente son ondas de arena. Mi cara es el lienzo del gran paisaje que caminé, la gran obra infinita que es la Vida. Mi rostro es el poema de la Madre Tierra dibujado en mi piel, mis risas y lágrimas, mis cantos y silencios, mi vida vivida a cada respiración. Amo mis arrugas y mis cicatrices...